Reportajes

La discapacidad de las pantallas

Por: Luis M. López

 

Ya se sabe que el cine es un reflejo de nuestra sociedad y que también es una herramienta poderosa para divulgar sabiduría y enseñanzas con valores a las masas populares. Desde su comienzo, a finales del siglo XIX hasta hoy esa ha sido su función.

Sin embargo, es verdad que en la práctica siempre ha prevalecido una determinada visión del entorno social que rara vez se asemeja a lo que realmente es. Personajes, historias faltas de coherencia realista. Todo ello para atraer y distraer. Es correcto que el séptimo arte tiene intrínseca la faceta del entretenimiento, pero en otros casos más serios es su deber acercarse a la puramente educativa.

 

La discapacidad y la historia

Todos los seres, desde su concepción, tienden a desplazar a aquel que no es igual. Lo miran como un bicho raro, alguien débil, que no puede valerse por sí mismo. El ser humano, a pesar de su racionalidad y conocimiento que lo caracteriza, no es muy diferente de los otros seres en este aspecto.

Los primeros hombres que poblaron la tierra buscaban sobrevivir y por ello se desasían (inconscientemente) de todo aquel que no cumpliera unas determinadas características que le permitiesen avanzar. Este pensamiento se ha mantenido a lo largo de la historia.

En la  Edad Media ya se empezó a encerrar en habitaciones con cadenas a  aquellas personas consideradas ¨raras¨, privándolas de toda libertad e independencia. Sus vidas no eran suyas. Eran tratadas como aquellos monstruos inventados en los cuentos infantiles para asustar a los niños. Al aplicar estas medidas dichas personas provocaban rechazo por el resto de la población.

Encierro de una persona con discapacidad | Fuente: Youtube

También se humillaba a las personas con diversidad funcional cuando sus propias familias se avergonzaban de su existencia y eran entregadas y abandonadas en un convento para que ¨Dios se apiadase de su alma¨ dando a entender que estos seres humanos eran algo que nadie quería.

Pero la acción más cruel venía de aquellos que abandonaban a ¨los diferentes¨ para que fuesen recogidos por circos ambulantes y fueran exhibidos por multitud de ciudades humillándolos, torturándolos y despojándolos de su condición humana. Y esto ocurría hasta principios del XX, no muy lejos de nuestra época.

Las personas con diversidad funcional han aparecido desde la concepción de los primeros estudios cinematográficos.  Algunos de los primeros largometrajes en los que aparecieron fueron: El jorobado de Notre Dame, en 1923 de Worsley, Luces de la Ciudad (City lights), en 1931, de Charles Chaplin o Freaks/La parada de los monstruos, de Tod Browning, en 1932.

Otras películas fueron más duras, como Hombres, en 1950, de Fred Zinneman, con Marlon Brando como parapléjico protagonista, Johnny cogió su fusil, en 1971, de Dalton Trumbo.

El Jorobado de Notre Dame (1923)
Película El jorobado de Notre Dame de 1923 | Fuente: Flickr

El jorobado de Notre Dame de 1923 fue la primera película en la que apareció la discapacidad. El personaje era tratado como un monstruo.

 

La visión cambia, el cine también aunque mantiene sus clichés

A partir de los 70 en adelante, el asunto da un giro y empieza a mostrar a las personas con discapacidad como personas luchadoras que desean superarse y demostrar a los demás que también pueden llevar una vida independiente, como cualquier otra. Como ejemplo tenemos varias películas. Por ejemplo Mi pie izquierdo película irlandesa de 1989, de Jim Sheridan.

Sin embargo se siguen mostrando largometrajes que hacen ver a las personas con discapacidad como a unos monstruos aunque algunas cambian su final. Como en el caso de El hombre elefante.

 

Actores con discapacidad, actores que casi no existen

Estamos acostumbrados a ver a nuestras estrellas favoritas actuar en la pantalla grande e incluso en la pequeña. Cuando las vemos soñamos ser como ellas, tener sus vidas. Pero muchas veces veces no nos paramos a pensar que ellas también son personas que viven y se relacionan en el mismo mundo que el nuestro. Actuar es su trabajo. Como el que es oficinista y se sienta frente a un ordenador de lunes a viernes.

Al igual que ese oficinista puede tener una determinada lesión o dificultad para desarrollar su vida como cualquier otra a los actores les pasa exactamente lo mismo. Porque recordemos que ellos son como el resto de los mortales. Son pocos pero estos actores han logrado su sueño. Su camino ha sido muchísimo más duro porque han tenido que plantarle cara al sistema. Un sistema que no ha dudado en discriminarles solo por tener condiciones distintas.

Un acto heroico, sin duda, muy pocas veces reconocido. Y esto se debe a que el conocimiento que tienen los espectadores sobre los actores con discapacidad es muy limitado. A muchos les impresionará saber que el actor Gaten Matarazzo, conocido por interpretar a Dustin Henderson en Stranger Thing sufre displasia cleidocraneal. Una enfermedad rara que afecta al crecimiento de los huesos. Como él existen otros ejemplos.

La actriz Marlee Beth Matlin tiene deficiencia auditiva, pero también posee un globo de oro y un Oscar a mejor actriz por su interpretación en la película Hijos de un dios menor (1986).

Otros actores con discapacidad más conocidos son Peter Dinklage (Juego de Tronos) o R. J. Mitte (Breaking bad).

La discaparidad de las pantallas 360 | Revista de análisis y periodismo de investigación
Micah Fowler, conocido por actuar en el filme Una vida en tres días (Labor day) en 2013, sufre una parálisis cerebral | Fuente: Flickr

 

En España los intérpretes con discapacidad también se han tenido protagonismo en este mundo. El ejemplo más conocido es El Langui. Su nombre real es Juan Manuel Montilla, y nació con una lesión cerebral. Sin embargo eso no le ha impedido progresar en su carrera y labrarse y un nombre y un futuro con el paso del tiempo.

Cristina Isabel Domínguez, con apenas 10 años logró un papel en la mítica serie Farmacia de Guardia. Fue la primera mujer con discapacidad en aparecer en una serie española. Asimismo Alberto Domínguez fue el primer actor con diversidad funcional en ser fijo en el reparto de Médico de Familia. Los dos padecen Síndrome de Donw.

 

Discapacidad y audiovisual, una relación mejor

Sin duda, en los últimos años el cine ha dado una mayor visibilidad a las personas con discapacidad. Pero también se han creado producciones en las que pueden desarrollar su carrera. Uno de los casos en los que esto fue posible fue en la película Campeones de Javier Fesser. Su estreno casi un hito histórico, ya que antiguamente los personajes con algún tipo de discapacidad eran representados por actores sin este tipo de características.

Al producirse estas situaciones se contribuía a exagerar dichas características y se creaba una imagen equivocada de esa persona, produciendo en el público una sensación de lástima injustificada.

 

La inclusión de actores como Jesús Vidal supuso que este colectivo empezase a manifestarse con su propia voz, y se reconocieran sus propios méritos. De hecho su esfuerzo le llevó a ganar la estatuilla más reconocida del cine español. Gracias a esto se logró dar más visibilidad  a estas personas tan válidas como cualquier otra.

 

La última aparición de este actor fue en el largometraje García y García, protagonizado por los actores y humoristas José Mota y Pepe Viyuela. Sin embargo, en esta ocasión la actuación de Vidal se resumió en un personaje terciario.

Más allá de la película Campeones, sigue sin haber largometrajes que cuenten con protagonistas que padezcan diversidad.

La discapacidad recogida por la cámara

Juego de Tronos es una serie en la que la discapacidad se ve reflejada, aunque de manera negativa. Términos como ¨tullido¨ o ¨enano¨ se escuchan casi siempre. Dirigidos hacia Brand Stark y Tyrion Lannister . El personaje de Hodor también es tratado como un ¨retrasado mental¨. 

Afortunadamente esta terminológica, que atenta contra la integridad y dignidad de la persona, ya es casi historia. El cine ha trabajado para dar visibilidad a este colectivo con películas como Intocables (2011) , Nunca me dejes sola (2014), El truco del manco (2008), Una mente maravillosa (2001) o Mar adentro (2004). Existen otros ejemplos. También hay que decir que los cortometrajes han ayudado a dar salida a la temática de la discapacidad.

Sin embargo, teniendo en cuenta que el cine tiene más de cien años de existencia estas cintas no suponen ni un dos por ciento de todas las historias que se han creado para el conocimiento del gran público.

Es cierto que hemos avanzado a mejor en lo referente a la inclusión, pero la visión social falla en que deja ver a la persona con diversidad funcional como alguien vulnerable. No es así. El cine y la televisión deberían actualizar esta imagen.

Las personas con diversidad funcional no son débiles. No necesitan que los demás sientan lástima por ellos. Pueden labrarse un futuro como cualquier otra personas porque son igual de fuertes. Son perfectamente capaces de amar, sentir y tener relaciones sociales. Solo hay que dejarles ser ellos mismos. Porque son seres humanos capaces de luchar igual que los demás. Si se quiere, se puede. Si las personas se diesen cuenta de esto la sociedad sería mucho más feliz.

 

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