Grandes historiasProtagonistasVidas Precarias

David Padrón: «¿Cuántas personas se interesan por saber las causas de la crisis?»

Por: Janire Alfaya

    gestion@360periodismo.com 

David Padrón Marrero es doctor en Economía y profesor en la Universidad de La Laguna. Además, es autor de diferentes trabajos de investigación como el informe Desigualdad, pobreza y cohesión social en Canarias. Análisis de su incidencia y distribución entre la población canaria, que vio la luz en 2016. En esta entrevista, el docente nos habla sobre la realidad precaria que vive el Archipiélago, una situación que según afirma se viene gestando desde la década de los 90 con el distanciamiento económico de las Islas respecto al conjunto nacional y que se ha visto potenciada por la virulenta crisis de 2008.

 

¿La pobreza en Canarias se debe a la crisis nacional o a los factores determinados de la economía del Archipiélago?

Lo que sí conviene aclarar desde un primer momento es de qué hablamos cuando discutimos sobre cuestiones de pobreza en un país como España o en Canarias. Lo que tenemos que desterrar es que estemos hablando de la pobreza que normalmente uno podría entender que se da, por ejemplo, en los países del África subsahariana. En los países desarrollados, ese tipo de pobreza, que en la literatura se conoce como “pobreza absoluta”, la incidencia es muy pequeña.

La pobreza absoluta afecta a aquellas personas que no tienen unos niveles de ingreso suficientes para asegurarse su sustento, o tienen grandes dificultades para ello. Eso es muy frecuente en países de bajo nivel de desarrollo, no así en países de Europa, incluyendo a España y Canarias. Por lo tanto, el enfoque, cuando nos aproximamos a estudiar la incidencia de la pobreza en los países desarrollados, se basa en el concepto de la pobreza relativa. Es decir, personas cuyos niveles de ingreso no les permiten tener unos estándares de vida relativamente cercanos a lo que es la norma de la sociedad en la que viven. Es relativo al contexto en el que viven. Al final estamos hablando de un concepto distinto. Es más un problema de desigualdad que de pobreza en el sentido en el que habitualmente las personas lo entienden.

En ese sentido, lo cierto es que la situación actual en Canarias, que tiene una tasa de pobreza relativa superior a la media nacional, combina tanto factores coyunturales, es decir, factores que vienen dados por la fase del ciclo económico en el que nos encontramos (entiéndase crisis), como factores estructurales. Estos no tienen tanto que ver con el ciclo, sino que están de forma permanente incidiendo sobre la economía de Canarias.

 

¿Cuáles son estos factores?

Son muchos. La estructura productiva que tenemos en Canarias, por ejemplo, no ayuda a tener una tasa de paro por debajo de la nacional. Esa es una regularidad de la economía regional. Han sido muy pocos años, desde los 50, en los que la tasa de paro se haya acercado a la media de España. La mayor parte de los años hemos estado por encima, por lo tanto, la situación de desempleo es un factor que aumenta la probabilidad de estar en situación de pobreza.

Entre la población ocupada, la que tiene un puesto de trabajo, también encontramos en el Archipiélago una mayor incidencia de la tasa de pobreza, que en conjunto nacional viene a reflejar que no solo tenemos problemas para generar empleos para todos, sino que, además, el empleo que generamos suele ser de peor calidad.

 

Hablamos de precariedad laboral…

Una de las cosas que se encuentra últimamente mucho en los medios es los bajos salarios. Canarias es una de las regiones españolas con mayor incidencia de bajos salarios. Nos encontramos en los últimos años con que personas que tienen trabajo no son capaces de salir de una situación de pobreza relativa. Debemos dejar claro, no obstante, que son los desempleados los que tienen una mayor incidencia de la pobreza. Pero la precariedad tiene más caras. Por ejemplo, la alta rotación, la alta temporalidad, la parcialidad, contratos parciales no deseados…

La contratación parcial ha aumentado mucho en Canarias y en España. Sin embargo, cuando se les pregunta a las personas “¿usted por qué tiene un contrato parcial, porque quiere o realmente desea tener un puesto de trabajo a tiempo completo? Pues, un alto porcentaje de esas personas lo que responde es que no encuentran otro trabajo, lo que se les ofrece es eso. Al final estos factores se conjugan y dan esa situación que en la literatura se conoce como “pobreza laboral”, personas que trabajan pero que aun así están en una situación de pobreza relativa.

 

“Hay que evitar el exceso de influencia de determinados grupos o élites en la regulación de la economía”

 

Los datos reflejan que el 28,5% de ciudadanos canarios están en una situación de pobreza. Dentro de este porcentaje, el 13,3% en pobreza extrema y el 15,2% en pobreza moderada… ¿Estaría al margen la población que se encuentra en riesgo de pobreza?

Respecto a ese 15,2% de la población que se encuentra en pobreza moderada, hablamos de un colectivo que tiene riesgo de entrar, si no se corrige su situación, en pobreza extrema. En cuanto a la pregunta, Eurostat hace unos años sacó un indicador que se llama “Tasa de riesgo de pobreza y/o exclusión social” (AROPE). Esto es la combinación de dos criterios: uno es la pobreza relativa referida a la renta, y a esto se le une otro concepto, el de pobreza carencial. Este se refiere a aspectos o cosas que no podemos comprar o no nos podemos permitir. Por ejemplo, “capacidad para comer carne y pescado alguna vez en semana”, o “capacidad para irse de vacaciones una semana al año”.

Se trata de numerosos ítems que entran dentro de los que ellos conocen como pobreza carencial. Lo que se hace es combinar los colectivos que están en situación de tasa de pobreza relativa más aquellos que tienen problemas de pobreza carencial, es decir, que de todos los ítems que aparecen, tienen problemas en 3 o 4. A esto se le añade otro tercer elemento, que son hogares con baja intensidad laboral. Se trata de un indicador más completo y aquellos colectivos que se vean afectados por al menos uno de estos tres factores, se considera que están en riesgo de pobreza y exclusión social.

 

En cuanto a las administraciones públicas, ¿deberían ser más intervencionistas o dejar que la economía se autorregule? 

 

 

 

Es una cuestión de carga ideológica. Pero no perdamos de vista que eso que la gente llama “mercados” no son entelequias que existen desde antes de la creación del ser humano. Los mercados no son más que instituciones creadas por la sociedad, las instituciones entendidas como reglas de juego. El mercado ni existe por sí solo ni el mercado laboral español es el mismo que el alemán, porque está regulado de forma distinta, las reglas son distintas. 

Desde mi punto de vista institucionalista, los mercados libres no existen. Son el fruto de determinadas regulaciones hechas por el ser humano, por la sociedad. Otra cosa es que haya más o menos regulación, o mejores y peores regulaciones. Algunos son favorables a desregular lo máximo posible, otros piensan que se debe regular mejor. Al final, al ser regulaciones, uno tiene que ser consciente de quién regula: el poder político. Y, ¿el poder político puede estar sujeto a determinados intereses, grupos de presión, que tratan que la regulación les beneficie a ellos independientemente de lo que pase con el resto de la sociedad? Ahí entran en juego los temas de la gobernanza, la transparencia y la calidad de la democracia, que algunos entendemos que son muy importantes.

¿Cree usted que el poder político está sujeto a intereses?

Creo no, es así. No digo que todos los dirigentes políticos sean unos corruptos, pero que el juego social, político, siempre está supeditado al poder, mayor o menor, que puedan tener los grupos sociales. Pero esto ha sido siempre así, siempre. Lo que hay que evitar es el exceso de influencia de determinados grupos o élites en la regulación de los distintos ámbitos en los que se desenvuelve la economía. Para eso, el Gobierno debería tratar de equilibrar la relación de fuerzas, o tener mecanismos de transparencia y participación que traten de evitar esos abusos de poder.

 

Al tratar con esos ítems referidos a la pobreza carencial, ¿se frivoliza con esta situación precaria?

Estás tratando de considerar si una persona es pobre o no en el contexto en el que vive. Si consideras que tener un electrodoméstico forma parte del estándar de vida esencial de la sociedad en la que vienes viviendo en los últimos 60 años, tiene mucho sentido que se haga así. A lo mejor en otro país del África subsahariana determinados ítems carecen de sentido porque nadie tiene acceso a ellos, pero aquí permitirse comer carne y pescado, tener una dieta equilibrada, mantener la vivienda en una temperatura adecuada, tener determinados electrodomésticos (porque estamos en la era de las TICs y existe la discriminación tecnológica)…

Podríamos entrar a discutir “¿por qué estos y no otros?”, pero no creo que se trate de una frivolización. Simplemente se están tratando de coger ítems representativos del estándar de vida de la sociedad en la que venimos viviendo en los últimos años y estamos tratando de considerar pobres a aquellos que se quedan muy por debajo de esos estándares normales.

 

Por tanto, podemos considerar que esta manera de medir la pobreza relativa es real…

Se trata de arreglos estadísticos para tratar de aproximar una determinada realidad, por supuesto se quedan fuera muchísimas cosas, es el problema que tiene. Volvemos a lo mismo, “¿por qué el 60% de la renta mediana y no el 50 o el 70?”, “¿por qué estos ítems y no otros?”, es criticable, pero detrás hay estudios y un consenso en que esta podría ser una forma más o menos válida de aproximar esa realidad que es la pobreza.

 

«Nuestros abuelos no viven excesivamente bien, lo que estamos diciendo es que, probablemente, los pensionistas del futuro estén peor que nuestros abuelos». 

 

La pobreza está afectando no solo a las personas adultas con posibilidad de trabajar, sino también afecta a los hijos y a las personas jubiladas…

Es un tema curioso. ¿Qué colectivo, por edades, se ha visto menos afectado en España y Canarias durante la crisis? Hablamos de pobreza relativa en ingresos. Han sido los hogares en los que el sustentador principal es un pensionista. Cuando el contexto versa en torno a que todos los empleados del sector de la construcción han perdido el empleo, cuando la inmensa mayoría de trabajadores han visto reducirse su salario, cuando el desempleo se ha disparado por encima del 50% en los jóvenes, cuando los demás empeoran tanto, los pensionistas, en comparación con ellos, empeoran menos. Eso es una mejora relativa. La pobreza relativa se ha comportado mejor en el colectivo de los pensionistas, porque ha sido menos afectado.

Esa es la fotografía del hoy, pero si tú entiendes cómo se está midiendo, sabes que no obedece a que los pensionistas, de repente, hayan mejorado un montón. Las pensiones están congeladas. Y como el IPC crece lo que crece, tu poder adquisitivo está disminuyendo. Pero, ¿qué pasará con los pensionistas en el futuro? ¿quiénes van a ser? ¿cuál es la historia laboral de esas personas? Se trata de personas que han estado mucho tiempo en paro, con contratos temporales, personas que van a cotizar muy poco. Esos son los pensionistas del futuro, ya no solo influye la reforma de las pensiones, que supone una merma en su poder adquisitivo, sino que sus trayectorias laborales van en la misma dirección. Las pensiones del futuro van a ser ridículas. Con lo cual, la tasa de pobreza en ese colectivo probablemente sea mayor.

Hemos dicho que la tasa de pobreza entre los pensionistas, según edades, ha sido la menos afectada en estos años, pero también ha sido la que partía de mayor nivel. Nuestros abuelos no viven excesivamente bien, lo que estamos diciendo es que, probablemente, los pensionistas del futuro estén peor que nuestros abuelos.

 

¿Por qué es tan difícil para la sociedad entender y concienciarse sobre el problema de la pobreza a pesar de los datos escandalosos que hay?

¿Y por qué ante los escándalos de corrupción tenemos la pasividad que tenemos? Yo creo que no es solo en este tema, en general hay una gran desafección por la política, no sé si hay un efecto desánimo, un profundo desconocimiento… ¿Cuántas personas se interesan por saber cuáles son las causas que hay detrás? También hay mucha carga ideológica. Es decir, algunos cojean de un pie, otros de otro, hay muchos factores… Lo que está claro es que hay una escasa movilización social.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *