El talento que se fuga de Canarias
Invierno 2024*
La fuga cerebros, una crisis que afecta a Canarias. Se trata de un fenómeno en el que profesionales cualificados como médicos, académicos o científicos, migran de su país a otro en busca de mejores oportunidades laborales y de investigación, aumento de la calidad de vida y salarios más altos.
Los destinos más comunes de este desplazamiento son los países europeos, donde, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), hay 26 140 canarios repartidos por el continente, siendo Reino Unido, Alemania y Francia los destinos principales.
Uno de los condicionantes más distinguidos de la fuga de talento es que el motor de la economía canaria gira en torno al turismo, el cual genera el 40 % de los puestos de trabajo en el Archipiélago según datos de Statista.
«Las compañías no apuestan por el talento local»
El sociólogo José Saturnino Martínez explica que el problema de que el eje económico de las Islas gire en torno a esta actividad es que esta necesita población de cualificación media o baja. «Por tanto, nuestro sistema genera poco empleo de alta formación», analiza. Asimismo, asevera: «Mientras no cambien la estructura económica, el problema seguirá ahí».
Martínez también destaca el papel y la importancia que podrían llegar a tener las empresas de las Islas ante este hecho, pero relata que no es una tarea fácil. «Para que las compañías apuesten por el talento canario el beneficio que ganen les tiene que compensar en lo que invierten ya que a día de hoy es asumir un riesgo muy alto», cuenta.
Para solucionar las dificultades, el sociólogo propone que «Canarias cuente con buenas infraestructuras de telecomunicación y que se faciliten los trámites administrativos de las empresas con las administraciones porque son muy tediosos».
La investigación en las Islas
La inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) en las Islas es otro condicionante de la fuga de cerebros. A pesar de que en los pasados años se ha invertido en el área, Canarias sigue estando la última en el ranking a nivel nacional.
Según datos del INE, el Archipiélago invirtió 138,1 euros por persona. Asimismo, si lo comparamos con otras comunidades autónomas como el País Vasco, que destinó 925,5 euros; o Madrid, que gastó 862,3 euros, estas multiplican casi por siete la inversión por habitante de las Islas.
Sin embargo, el Archipiélago es uno de los mayores destinos elegidos por las empresas tecnológicas extranjeras para invertir porque, por ejemplo, cuentan con ventajas fiscales como la Zona Especial Canaria (ZEC), tienen una ubicación estratégica y un buen ecosistema empresarial, entre otras cuestiones.
Javier Ramírez, responsable del Observatorio de Formación y Empleo de la Universidad de La Laguna (ULL), esclarece que Canarias tiene herramientas muy atractivas para los organismos que vienen, pero que «hay que darle la vuelta a la idea con la que vienen e intentar que capten los talentos de las Islas porque normalmente se traen a sus propios empleados de fuera». De esta manera, expone que se podría reducir el número de personas que salgan de las Islas en búsqueda de un futuro más prometedor.
Ramírez comenta que «debemos fomentar el tejido productivo que tenemos comparándolo con otros ejemplos de países con un mejor desarrollo empresarial». También apunta que para incrementar, mejorar o fomentar que los profesionales se queden en el Archipiélago se deben incentivar los sectores económicos. «El industrial no tiene mucho sentido, pero el de salud, educación, multimedia o el informático, son algunos que se podrían potenciar ya que contamos con muy buenos profesionales y recursos», expresa.
El papel de las Universidades
La Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura del Gobierno de Canarias destinó este año cuatro millones de euros para proyectos de I+D y transferencia a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y la ULL.
En el caso de la institución tinerfeña, esta está destinando la financiación a acciones de atracción y retención de talento y de refuerzo de recursos humanos de investigación, actuaciones de promoción de la actividad investigadora, incorporación de personal técnico de apoyo, así como reparación, mantenimiento y adquisición de equipamientos para investigación.
«El 4 % o 5 % de cada promoción se va fuera»
Ramírez ratifica que desde la Universidad no piensan que están ante una crisis de fuga de talento. «El alumnado que decide seguir sus estudios fuera o trabajar en otro país no llega al 4 % o 5 % de cada promoción«, aclara.
Por otro lado, declara que uno de los problemas que observan es que la gente no quiere investigar, sino que decide trabajar fuera por los sueldos elevados. «Es un tema de oferta y demanda. En La Laguna estamos teniendo inconvenientes con las carreras técnicas que las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero son mucho mejores que las que tenemos aquí», lamenta.

El responsable del Observatorio cree que la principal preocupación que está experimentando la Institución es la jubilación de una gran parte de los docentes. «Ahora estamos en búsqueda del mejor talento, pero lo complicado es que nadie quiere ejercer de profesor porque no ven rentables los sueldos o simplemente no se quieren dedicar a la investigación», sostiene.
Por otro lado, resalta que «durante la formación estamos consiguiendo mantener en la ULL a nuestros mejores expedientes». Sin embargo, reconoce: «En muchos de los casos esas personas terminan yéndose ya que por su conocimiento reciben grandes ofertas de empresas y deciden apostar por su futuro».
Una visión emigrante
Entre los miles de jóvenes canarios que se han llevado sus habilidades laborales fuera de las Islas se encuentra Jason Martel, enfermero que reside actualmente en Estocolmo, Suecia. Lleva viviendo y trabajando en el país dos años porque «en España sentía que mi esfuerzo no se veía recompensado con los salarios y las condiciones laborales que tenía».
Asimismo, afirma que desde que llegó a la capital sueca cada día ve más lejano el regreso a su país natal. «Antes no era consciente de las oportunidades que estaba perdiendo, pero ahora me doy cuenta de que trabajar con contratos precarios por estar cerca de casa no vale la pena«, manifiesta.
Además, Martel es partidario de que las instituciones públicas son los organismos que tienen que dar el primer paso para hacer frente a la fuga de cerebros. «Canarias no puede vivir y depender del turismo porque eso a largo plazo no es sostenible», dice.
«En Suecia ahorro 600 euros al mes»
El enfermero considera que el mercado inmobiliario también se lleva gran parte de las inversiones dada su alta rentabilidad y es por eso que «los empresarios prefieren seguir apostando a lo que da rendimiento de forma segura y sin riesgo».
El enfermero admite que está aprovechando su estancia en Suecia para crear un fondo de ahorro. «Con el sueldo que tengo ahora estoy ahorrando alrededor de 600 euros al mes», confiesa. También revela que su objetivo es volver a las Islas, aunque primero tiene que ver un cambio sustancial: «Canarias es mi casa y es donde quiero vivir mi vida, pero hasta que en el país no se valore mi esfuerzo y profesión no lo consideraré».