Vidas Precarias

La pobreza como única clase social en Canarias

Carla Jiménez, Carla Luis y Miguel Romero
Verano 2017

Canarias es una de las regiones donde se registran mayores índices de pobreza. Familias con varios hijos a cargo que no reciben ningún tipo de ayuda económica, o que trabajan pero perciben sueldos miserables, son las dos realidades más frecuentes entre los canarios. Como consecuencia, han aparecido numerosas asociaciones y recursos sociales que se encargan de ayudar a estas personas en riesgo de exclusión social proporcionándoles necesidades básicas a las que no tienen acceso.

Clara es madre y está divorciada. Actualmente tiene que mantener su hogar con 300 euros al mes. Se ve en la necesidad de pedir ayudas que de un modo u otro afectan a la dignidad de una persona. «A nadie le resulta agradable tener que recurrir a los Servicios Sociales, si solicito su asistencia es porque realmente lo necesito, ojalá no hubiera llegado a este punto».

Elisa Ramos tiene 83 años. Su marido trabajó durante casi cuarenta años en una empaquetado de plátanos en Los Silos. Cuando él vivía su pensión era de casi 1.200 euros al mes. Cuando su marido falleció en 2010 pasó a recibir una pensión de viudedad de unos 669 euros al mes.

A pesar de esto, ella ha tenido algo de suerte »nunca he sentido el peso que a lo mejor sienten otras personas de mi generación, que no solo ejercen de abuelos sino de padres o madres por segunda vez. Por supuesto que he ayudado a mi hija con mis nietas cuando lo ha necesitado pero no he sido yo el pilar que sostenía su familia:.

María del Carmen Curbelo vive de okupa desde hace cinco años en una vivienda del barrio de la Salud. Es madre soltera de dos hijas de 5 y 18 años con las que malvive en una situación de precariedad absoluta y sin los suministros mínimos. Ha terminado de cobrar la PCI (Prestación Canaria de Inserción) y no tiene derecho a la prorroga después de seis meses, así que no cuenta con ingresos económicos. Su situación la lleva a tener que recurrir a la Asociación Kairós Tenerife para recibir su caja mensual de alimentos.

Kathy es víctima de la precariedad laboral. Trabaja tres horas diarias en un colegio por un sueldo de 190 euros al mes y con extras de 9 euros la hora. Su posición económica cambió cuando una nueva directiva tomó las riendas de la empresa. Su queja viene a raíz de la desigualdad salarial que existe algunas compañeras de oficio que trabajan las mismas horas que ella y llegan a cobrar un mayor sueldo.

Por si esto no fuera poco cuenta que, recientemente el ayuntamiento de su localidad le acaba de ofertar un puesto de trabajo en el que además de cobrar por debajo de lo establecido por ley le insinuaron incluso el pago en negro.

Clara, Elisa Ramos, María del Carmen Curbelo o Kathy son algunas de las víctimas reales en esta situación económica en la que nos encontramos. Esta situación coloca a Canarias en una de las regiones con más índices de pobreza, cuya tasa está en un 28,5% , un porcentaje cuyo promedio nacional des del 22,1%.

Asimismo, el informe de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales ubica a Canarias en la antepenúltima comunidad de desarrollo de servicios sociales. Pero a esta situación de pobreza se le une la precariedad laboral, familias que trabajan y reciben sueldos tan escasos que no llegan a fin de mes. Un drama que se ha incrementado el el último año pasando de un 19,5% de familias que no pueden afrontar los gastos mensuales hasta el 34,5%, la cifra más alta de España según el INE.

El 18,1% de los hogares canarios admite tener dificultades para hacer frente a los gastos de viviendas, entendido como alquileres o hipotecas, así como de agua, luz y gas, una cifra que dobla la media nacional.

Una persona sin hogar en El Centro de Santa Cruz de Tenerife / Revista 360

Asociación Kairós

El martes 9 de abril una cola de afectados guardan su turno frente a las puertas de la Asociación Kairós Tenerife. Diferentes nacionalidades, cada uno con sus circunstancias particulares pero todos con un mismo problema: la falta de recursos económicos y la necesidad de pedir ayuda para poder alimentar a sus familias.

Reparto de comida por la Asociación Kairós

Benjamín Barba es el presidente de esta asociación que ayuda alrededor de 700 unidades familiares mensualmente, lo que. supondría un total de 2.000 personas que son distribuidas a lo largo de cuatro semanas. Reparten una media de 24.000 kilos de comida al mes que en ocasiones se incrementa cuando reciben donaciones extras. «Hoy por ejemplo nos ha llegado una donación de 2.000 kilos de fruta que volveremos a recibir la semana que viene», narra con entusiasmo el presidente.

La comida que distribuye viene fundamentalmente del FEGA, del Banco de Alimentos de Tenerife y de las gestiones para entidades bancarias como La Caixa u otras empresas que donan directamente el género.

Benjamín Barba está apoyado por 60 voluntarios divididos en varios grupos. Carlos es uno de ellos. Desde que se prejubiló como agente comercial en 2015 tuvo claro quesería hacer algo que aportara a la sociedad: «esta es la primera vez que formo parte de una asociación. Cuando abandoné el trabajo comencé a buscar actividades y me pareció interesante la idea de poder colaborar y ayudar a los que más lo necesitan», cuenta orgulloso de formar parte de esta gran familia.

Piedad les conoció cuando acudió al centro de voluntariado y tras ofrecerle varias propuestas decidió aceptar algunas de ellas «de hecho yo estoy yendo a tres. A parte de repartir alimentos también ofrezco clases de refuerzo para aquellos niños que no se pueden permitir un profesor privado. Son cosas diferentes que me apetecía probar para seguir sintiéndome activa. Pero sobre todo, el darme cuenta de que estoy siendo útil para los demás. Veo que lo que realmente hago tiene una reacción, no son actos vacíos o sin progreso». Gracias a ellos y a sus compañeros que están perfectamente organizados, todos los afectados pueden recoger sus derivados.

Por la mañana hay un equipo encargado de elaborar las cajas según varios requisitos, como son, el numero de personas que integran la familia, si padecen algún tipo de alergia alimenticia como la intolerancia a la lactosa o al gluten entre otros. Sin embargo no solo se hace el reparto, sino que las inmediaciones del recinto son el lugar de enseñanza con clases extras, manualidades, costura o cursos de alimentación o de empleo.

Reparto de comida por la Asociación Kairós / Rita Robaina

Banco de alimentos

Además de Karós, Tenerife cuenta con uno de los 55 bancos de alimentos que se encuentran repartidos por todo el territorio peninsular. «El objetivo es acabar con el despilfarro y abastecer de comida necesaria al porcentaje de la población que se encuentra en riesgo de exclusión social y con unas necesidades básicas y prioritarias que no pueden cubrir con sus propios medios» así fundamenta su misión Fernando Serrano Suárez, secretario del Banco de Alimentos de Tenerife.

Los fondos en forma de alimentos se tratan de ayudas que proceden de impuestos como es el FEGA (Fondo Español de Garantía Alimentaria) o FEAD (Fondo Europeo de Ayuda a los Desfavorecidos). Gracias a ellas se consiguieron en 2016 más de 1.200 toneladas de alimentos.

«El valor más importante del Banco de Alimentos insular, concretamente, y de todos los Bancos de Alimentos del país, es el voluntariado. Sin la colaboración incalculable de tantas personas que dedican su tiempo a los demás gratuitamente sería imposible llevar a cabo esta labor».

Sin embargo estas plataformas solidarias también precisan de un personal profesional que las mantenga a flote. El salario de ellas depende de las ayudas que se dan para los afectados y tras un cálculo previo de porcentajes de las ayudas recibidas destinadas a costes de ejecución, ya sean materiales o mano de obra.

Mensajeros de la Paz

Todas esas actividades y prestaciones han ido generalizando y cada vez van surgiendo más recursos sociales como consecuencia del aumento del nivel de pobreza y vulnerabilidad en Canarias. Patricia Izquierdo, trabajadora de Mensajeros de La Paz explica que actualmente atienden a 33 familias y a 66 niños en riesgo de exclusión social, y que esta esta cifra ha ido aumentando. «Es la primera vez que tenemos 66 niños, antes normalmente teníamos cincuenta y poco y ahora ya estamos en el máximo, hay muchas faltas que quieren entrar al recurso pero ahora mismo no hay plaza».

La escasa formación académica o la venta y consumo de drogas también ha hecho que muchas familias se encuentren en riesgo de exclusión social. Patricia comenta que otro de los factores a tener en cuenta es que muchas de las mujeres son madres muy jóvenes y no pueden disponer de un empleo porque tienen que encargarse de cuidar de sus hijos.

El principal objetivo de estas asociaciones es insertar a las madres en el mundo laboral con la ayuda de talleres y actividades, pero se está convirtiendo en una tarea muy difícil por la falta de motivación y por la actitud de comodidad que adquieren gracias a las ayudas económicas que reciben del ayuntamiento y de los recursos sociales, según señalan.

Banco del Tiempo

Como consecuencia, han surgido nuevas organizaciones que se encargan de cubrir las necesidades de la población de un modo más útil, como es el caso del Banco del Tiempo. Este es un sistema alternativo de intercambios en el que el tiempo de todos tiene el mismo valor, favoreciendo la igualdad y solidaridad, donde el dinero está ausente.

Promueve intercambios de tiempo entre sus usuarios y ofrece la oportunidad de que la gente se conozca y confíe en los demás para resolver necesidades cotidianas intentando mejorar y dinamizar la vida local.

«El objetivo es poder acceder a muchas actividades, trabajos e incluso bienes y productos que con dinero nos es imposible acceder. Otro objetivo importante es crear una red de autoayuda», afirma Esther Del Corro, su coordinadora.

También apunta que los servicios laborales más demandados son transporte, arreglos de fontanería, electricidad y masajes concretos. Según Del Corro, el perfil de las personas que participan en estos intercambios es muy variado. Una gran parte de gente desempleada y con muy pocos recursos pero con mucha capacidad de trabajo, también gente de otros países que ya conocen esta forma alternativa de intercambio y, finalmente, otra parte que simplemente. quieren formar parte de la solidaridad y la confianza.

 

Consulta el reportaje completo Adiós al Estado de Bienestar

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