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Gorda empoderada

Por: Eric Pestano / Jefe de informativos de la SER en Canarias

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Noemí Bienes ha utilizado su experiencia personal como el núcleo de su investigación social en la universidad

Ella estaba gorda, pero no le daba importancia. Había visto cómo su cuerpo se había transformado poco a poco a lo largo de los años y también lo había visto su pueblo, Fuencaliente, y su ciudad, La Laguna.

Mujeres. Revista 360

Los años de lejanía le habían permitido tomar conciencia sobre su estado y de la necesidad de adelgazar, eso sí, adecuadamente, por motivos de salud. La grasa rodeaba sus órganos vitales y eso, a la larga, implica problemas severos.

Noemí Bienes (Fuencaliente de La Palma, 1989) reconoce que fue así cómo hace cuatro años empezó a hacer ejercicio con el objetivo de mejorar su estado de salud. En una conversación que mantenemos en el centro de La Laguna, en donde recuerda con nostalgia su paso por la universidad canaria, lamenta que su progreso hacia el objetivo pronto se desvirtuó a cambio de “estar más guapa”, “ahora sí que estás bien” y “quién te ha visto y quién te ve ahora” que le espetaban en el pueblo como si de halagos se tratara; “es más, mi bajada de peso me ha costado mi amistad con algunas personas porque no entendía lo que estaba haciendo”, reconoce.

Bienes es antropóloga experta en el cuerpo, aunque prefiere señalar a Magdalena Piñeyro, autora de ‘Stop Gordofóbia’ como su referente en el mundo hispano sobre esta materia porque “ha trabajado durante años las implicaciones sociales de los cuerpos gordos” que, asegura “están más estigmatizados que los drogadictos”. “Uno es gordo porque quiere y si eres mujer, peor aún”, sentencia con rabia porque ha sido esa la afirmación que ha orbitado siempre en sus entornos.

Mientras se sirve otra cerveza, recuerda el calendario curvy publicado en La Palma. Lo curvy, en el fondo, “es un canon corporal sometido a las directrices del mercado” porque si este fenómeno vende, “resulta interesan- te para la industria”, dice Noemí.

Su trabajo final en el Máster de Estudios Feministas de la Universidad Complutense ha conseguido ser un referente en español en el mundo del análisis de “los cuerpos gordos”, como le gusta referirse a Bienes. Esta joven investigadora feminista ha concluido que lo curvy es, en realidad, una forma de sometimiento más de la mujer que transmite una “falsa sensación de inclusión de los cuerpos gordos” que, en realidad, “siguen aspirando al modelo tradicional de mujer guapa y por guapa se entiende ser delgada”.

Su investigación es de carácter cualitativo, a Bienes le gusta recalcarlo porque dice que sus investigaciones deben basarse en la observación de la realidad y no en los papeles que abundan en la mercantilización de los cuerpos de las mujeres, analizando los métodos de transmisión de arquetipos de chicas curvys españolas a través de sus blogs.

“Si te paras a pensar en qué quiere decir con sus palabras, en el fondo es la renuncia a una lucha que debemos ganar como mujeres y espacio de empoderamiento a cambio de la monetización de un producto”. Se trata del “body possitive”, dice Bienes con pasión para añadir que “estas chicas, aunque sean gordas, encajan en el canon, son aceptadas y todo lo demás, te hace invisible”.

La utilización de los métodos de transmisión de mensajes a través de redes, asegura Bienes, han ayudado al desarrollo del mensaje o de lo que prefiere denominar “la ilusión de un canon roto”: “muchas mantienen un doble discurso” que solamente se puede romper cuando “no exista la preocupación por el cuerpo”.

“Reconozco que es casi es una utopía y por eso considero muy necesario que exista el activismo gordo como un método para pensar sobre la corporalidad disidente, disruptiva y defectuosa”, dice Bienes mientras observa exactamente las palabras que ha usado en su investigación.

Han pasado dos horas y se han terminado dos rondas de cervezas.

“Me dejo llevar” dice y mientras esboza una sonrisa casi tímida añade: “la opresión que sufrimos los cuerpos gordos debe combatirse con el empoderamiento de los cuerpos para romper los cánones, los mecanismos androcéntricos y patriarcales y capitalistas porque de lo contrario, nos destierran a los márgenes”.

 

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