Grandes historiasGuetos

El barrio se levanta

Por: Zebenzuy, Duque, Alicia S. Siverio, Lucía Perera, Adrián Abreu, Víctor González,

María Fernanda Suárez y Nestor Morales

*Reportaje publicado en 2019*

Según el informe del 2011 del Ministerio de Fomento, en Canarias existen 69 barrios vulnerables, de los cuáles más de 64 se encuentran en las dos islas capitalinas, Gran Canaria y Tenerife. Quizás una de las disyuntivas más claras de la poca implicación política para resolver este problema, ya que ninguno de los partidos políticos que se presentaron a las elecciones municipales de 2015 trató en profundidad el término  «barrio vulnerable». Pero la pregunta es: ¿Qué papel juegan los políticos en esta situación?

Alberto Rodríguez es un político natural de Santa Cruz de Tenerife. Para él, Canarias es un territorio maltratado por el Gobierno actual, y muestra su preocupación sobre la posible existencia de Guetos en Canarias. 

Alberto Rodríguez responde

«Guetos Depende. Es un término que puede servir para dar un titular muy potente. ¿Si en Canarias existiese algo parecido a las favelas o algo similar a los cerros en Buenos Aires? Pues evidentemente no, a ese nivel. Ahora bien, ¿que hay barrios que constituyen unas bolsas de exclusión y miseria invisible gigantescas? Por supuesto que sí».

Los vecinos ofrecen su punto de vista

Los vecinos y vecinas de los 69 barrios vulnerables de Canarias viven día a día. con esa situación. Uno de os barrios con más indice de vulnerabilidad es Salud Alto, en Santa Cruz de Tenerife. Allí se puede sentir el nivel de pobreza y de dificultades en las que vive el barrio.

«Pese a la fama que tiene, la infancia en un barrio como este no es tan difícil. Sí es cierto que se ven muchos indigentes y toxicómanos en el parque del barrio, pero nada más allá. Sin embargo, muchas familias viven sin luz corriente en la casa, algo que en pleno 2018 es inconcebible, a mi modo de ver», comenta Fabián Sosa, vecino de Salud Alto y que lleva toda su vida viviendo la realidad del barrio.

Las asociaciones de vecinos de estos barrios juegan un papel fundamental para solventar los problemas que surgen en este tipo de barrios. Una de ellas es la que se encuentra en El Cardonal, también en la capital de Tenerife. «La Asociación se encarga de organizar las fiestas del barrio, mediar en las reclamaciones entre vecinos y el Ayuntamiento, organizar talleres, cursos municipales, tanto propios como de formación», afirma la propia asociación.

Quizás uno de los barrios con más mala fama de la capital tinerfeña es Añaza, que está influenciado por encontrarse a las afueras y por la cantidad de personas que viven allí. La lucha del barrio por intentar solventar los problemas lleva años de la mano de Luis Celso, defensor acérrimo del barrio y que lleva de nombre la Asociación de Vecinos.

La lucha continúa

Actualmente es su hijo el que ha recogido el testigo de la lucha vecinal, ya que Samuel García es quien preside actualmente la asociación. García recalca que la lucha ha sido constante desde su origen: «en 1989 estuvieron encadenados al Ayuntamiento de Santa Cruz durante tres días y tres noches, y gracias a ello los políticos empezaron a hacerle caso».

Además confía en que el movimiento de sus frutos y se consigan objetivos como la rehabilitación de la costa, ya que considera que el no disponer de una playa en condiciones perjudica en las esperanzas laborales de los ciudadanos. «Para mí Añaza es como cualquier otro barrio. Lo que pasa es que era un barrio joven, aislado con muchas personas sin recursos, y gracias a la lucha de los vecinos, entre ellos de Luis Celso, no se convirtió en un gueto».

Lanzarote también tiene guetos

La isla de Lanzarote es la única isla no capitalina que posee barrios vulnerables. Uno de ellos, Argana Alta, es el ejemplo de los problemas que dio el boom de la construcción y la crisis económica de 2007. Ninguno de los grupos de Gobierno, ni del Ayuntamiento, ni del Cabildo, respondió a las peticiones para saber algo más de esta situación.

Sin embargo, basta con darse una vuelta por el barrio y comprobar la realidad. «Si yo tuviese hijos, no los tendría en este barrio», afirma Laura Martín, una joven de 22 años y que lleva toda su vida residiendo en la zona.

Argana Alta es un barrio nuevo, que ha ido in crecendo en los últimos quince años, debido a que era la única manera de ampliar las residencias de la isla. Sin embargo, gran parte del barrio está compuesto por viviendas de protección oficial.

«Cuando ere pequeña supongo que como cualquier otro barrio, pero ahora que he ido creciendo, me resulta hasta agobiante. Te das cuenta de todo lo que se mueve a tu alrededor, escuchas la policía en algunas temporadas hasta tres y cuatro veces al día», sentencia Martín.

¿Qué pasa entonces con los barrios? Es cierto que los partidos políticos lanzan promesas y falsas esperanzas para intentar resolver esos problemas, pero dos años después, no se han cumplido mientras que las asociaciones de vecinos juegan un papel fundamental en el proceso de reinserción y de funcionamiento del propio barrio, pero les falta apoyo institucional.

¿Qué pasaría si los Ayuntamientos se preocupasen más por sus vecinos? En 2019 se producirán unas nuevas elecciones, y los partidos volverán a realizar la misma estrategia que llevan realizando de manera sistemática desde el inicio de la democracia. Pero si sigue así la situación, falta poco para que en Canarias se pueda considerar que existen Guetos.

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