La arena del vecino
Natalia G. Vargas, Texeneri González, Itziar Perc y Andrea Dominguez
Primavera 2018
27 de noviembre de 2017. 7.25 de la mañana. El Dura Bulk está atracado en la Dársena Pesquera del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Ninguna autoridad recibe al barco y el muelle está casi desierto, a excepción de un par de trabajadores y una pequeña tripulación procedente de Cuba operando en el barco de bandera panameña. Desde lejos se puede observar el interior del buque donde se acumulan grandes montañas de arena dorada que completan las 3.007 toneladas de su capacidad de carga.
A las 18:14 de la tarde se percibe mayor movimiento. Una enorme grúa amarilla traslada la arena desde el barco hasta un espacio vallado en el que este material sobrepasa los tres metros de altura. Una tolva negra oculta gran parte del espacio que está al otro lado. Dos estibadores observan con indiferencia una actividad que parece rutinaria y comentan que es probable que esta arena ¨venga del Sáhara¨. Tras descargar toda la mercancía el Dura Bank se aleja de Canarias para volver a la capital del territorio ocupado por Marruecos y continuar siendo el vehículo de un comercio de mercancías que choca con la normativa internacional.
Esta es la décima ocasión en 2017 que el Dura Bank llega a la isla procedente de El Aaiún, según el registro histórico de escalas de la Autoridad Portuaria. Si en todas las ocasiones se completaba su capacidad de carga, Tenerife recogió el último año 30.370 toneladas de arena importada desde el puerto de El Aaiún. Sumando todas las escalas registradas desde 2012 a 2017 en Santa Cruz a las estimadas en el puerto de Las Palmas en el mismo periodo, en Canarias habrá un mínimo de 750.000 toneladas de arena del Sáhara Occidental.
El Sáhara Occidental, situado al noroeste de África, se incluye entre los 17 territorios que no han alcanzado la plena descolonización y que están supervisados por el Comité Especial de Naciones Unidas. El conflicto aún no resuelto entre Marruecos y el Frente Polisario cuestiona el carácter lícito del comercio internacional con los recursos del Sáhara Occidental, un territorio rico en materiales como el fosfato, el petróleo, la pesca o los minerales.
Se trata de un debate que ya el 29 de enero de 2002 anticipó el entonces Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos de la ONU, Hans Corell. Partía de la resolución 46/64 de la Asamblea General, emitida en 1991, que estipulaba que la potencia administradora u ocupante que prive o subordine los derechos de los pueblos a los intereses económicos extranjeros transgrede la normativa internacional.
Corell analizó los contratos entre Marruecos y empresas extranjeras para la exploración de los recursos minerales del Sáhara. Después insistió en su carta que “de seguir llevándose a cabo sin atender a los intereses y deseos del pueblo del Sahara Occidental, infringirán los principios jurídicos internacionales aplicables a las actividades relacionadas con los recursos minerales en los Territorios no autónomos”.
Aunque desde ese momento se paralizó el intercambio petrolífero, muchos países como España siguieron comerciando con Marruecos con otros productos sacados del Sáhara Occidental, como fosfato, harina de pescado o arena. En estos lazos, el Archipiélago ha participado de forma activa. El Gobierno canario, explícitamente, se ha tal definido en el mismo informe con los mismostérminos que utiliza Marruecos: “Gran Sur” y “Las provincias sur”.
Esta relación comercial ha seguido manteniéndose a lo largo de los años, pero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha añadido un elemento novedoso al documento de Hans Corell. En la sentencia del 21 de diciembre de 2016 dictaminó que la zona del Sáhara Occidental quedaba fuera de los pactos entre Marruecos y el continente europeo, incidiendo en que el primero no puede exportar productos saharauis como propios.
Luz Marina Mateos, magistrada en Relaciones Internacionales y secretaria de la Cátedra Libre de Estudios sobre el Sáhara Occidental, comentó en un artículo incluido en el anuario de las Relaciones Internacionales del territorio que “la cuestión de los recursos naturales y la riqueza que posee el territorio saharaui es una de las principales razones por las que el conflicto no se resuelve.
Si bien las partes en este contencioso son Marruecos y el Frente Polisario, hay un entramado de interesesen el que están implicadas las potencias que se se sirven de esos recursos”.
El 22 de enero de 2018, el informe del abogado general de la Unión Europea Melchior Wathelet remarcaba que el acuerdo pesquero vulneraba el derecho del pueblo saharaui. Un mes más tarde, el 27 de febrero de 2018, el TJUE dictó que la zona saharaui ocupada queda excluida de los acuerdos pesqueros entre la UE y Marruecos.
Cabe destacar que no ha habido ninguna sentencia sobre otros productos, solo el petróleo y la querido mantener al margen de la actividad comercial y ha asegurado en diferentes ocasiones que se trata de una cuestión empresarial. A pesar de ello, la importación de productos ha continuado. Esta buena voluntad se ha manifestado en las periódicas visitas que las cámaras de comercio canarias han realizado al territorio saharaui auspiciadas por las autoridades marroquíes.
De hecho, la actividad de las empresas Canarias ha sido de vital importancia para Marruecos y, en particular, para su política económica en lo que Rabat denomina “las provincias Sur” o “el Gran Sur”, tal y como reconoce el Consejo Asesor Real para los Asuntos Saharauis (Corcas en sus siglas en francés): “para la recuperación de las provincias Sur el sector comercial, que es una actividad principal en esta región, ha dependido totalmente de las Islas Canarias”.
En esta línea, se han establecido conexiones directas entre los puertos canarios y el de El Aaiún. La Autoridad Portuaria de Marruecos lo define como uno de los “principales puertos de la Región del Gran Sur”, transportando anualmente una cifra aproximada de 5 millones de toneladas de hidrocarburos, fosfato y arena.
Proexca, Sociedad Canaria de Fomento Económico adscrita a la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, analiza periódicamente la actividad de los países del entorno africano, incluyendo informes relativos a las conexiones marítimas y aéreas con Marruecos, donde se incluye sin distinción alguna las infraestructuras del territorio del Sáhara Occidental pesca.
Ante la posibilidad de que la negativa comercial con la pesca se pudiera extender a la arena, fuentes de la Corte de Justicia de la Unión Europea no han querido hacer más comentarios: “ni de casos pendientes, ni de casos que estén ahora en curso, ni de la hipotética aplicación de la jurisprudencia a diferentes circunstancias en la medida en que podrían suponer un perjuicio para casos que pudieran llegar a la Corte”.
Tras varios correos electrónicos pidiendo una entrevista al abogado, no hubo respuesta. El Presidente de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui (ACAPS) interpreta que el Frente Polisario es quien debe autorizar la disposición por parte de Marruecos de los recursos del Sáhara Occidental, y añade que “la importación de arena es ilegal” y que “intentarán denunciar el expolio de recursos en los tribunales”.
Si bien es cierto que, a raíz de las diferentes resoluciones, países que contaban con vínculos comerciales fuertes con Marruecos, como es el caso de Francia y Holanda, se plantean la posibilidad de abrir nuevas vías con otros países.
La entrada de la arena y su control
El Oak, el Trio Vega y el Dura Bulk son algunos de los barcos que han transportado mercancías del territorio saharaui a Canarias, según las denuncias de agrupaciones defensoras del pueblo saharaui como la ACAPS, el Western Sahara World Research (WSWR) o el partido político Equo en Gran Canaria.
La última de estas embarcaciones ha estado en diez ocasiones en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife el pasado año. En Gran Canaria también ha atracado en el de Las Palmas o el de La Luz.
Sin embargo, el acceso al histórico de escalas de la Autoridad Portuaria de Las Palmas no es posible, ya que solo se publican los del año actual. Se permite emitir una solicitud para acceder a datos anteriores, pero la resolución de estos requerimientos se alarga en el tiempo.
Ante la llegada de un buque de mercancías, es la Capitanía Marítima la que posee competencias sobre el tráfico, la protección y la seguridad. Así lo explica la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, quien además expone que su función es gestionar la entrada, la estancia y la salida delos buques a partir del Documento Único de Escala (DUE).
Este contiene información sobre la tripulación, las mercancías y el agente consignatario. En el registro de escalas se especifica que el Dura Bulk es un barco de ‘carga general’, una categoría que tal y como esclarece la Autoridad Portuaria incluye los materiales de construcción. En este proceso administrativo y de control Aduanas ocupa un lugar destacado.
La Agencia Tributaria especifica que los operadores tienen la obligación de presentar declaraciones a la aduana respecto de las mercancías que introducen en Canarias. “Así, para el caso de un buque procedente de África que introduzca mercancía en el Archipiélago, debe presentar la declaración sumaria de entrada, el aviso de llegada, una declaración sumaria de depósito temporal y una declaración de aduana”.
A este control documental se le suma un control físico que consiste en verificar que la mercancía descrita en la declaración aduanera coincide con el objeto que se percibe. La importación de arena, según Aduanas, tributa en función de su tipo.
A priori se puede clasificar en dos partidas: arenas silíceas y cuarzosas (250510) y las demás arenas (250590). Según datos de Instituto Canario de Estadística (Istac), que remiten la Agencia Tributaria, y según datos de la Unión Europea, la arena está sujeta a un impuesto de importación cero.
El seguimiento que realizan las autoridades ante la entrada de estas mercancías presenta cierto oscurantismo. En esta línea, la concejala del Ayuntamiento de Las Palmas por el partido Equo Pilar Álvarez comenta que en 2017 desde su agrupación denunciaron la llegada del barco Key Bey a Gran Canaria, que transportaba aceite de pescado desde el puerto de El Aaiún.
“La Guardia Civil no tenía constancia del caso que estábamos denunciando”, aseveró. El desconocimiento también se convierte en un actor de este entramado. El periodista de canariasahora.com Iago Otero opina que “se ha hecho toda la vida y por eso se tiene como algo normal”.
Además, incluye que la vigencia del conflicto del Sáhara hace que el comercio y las decisiones dependan de Marruecos. Del mismo modo, valora que, por lo general, se considera que la arena es infinita, por lo que no se le presta atención.
“Con el caso Tauro, desde el Cabildo de Gran Canaria me decían que no podían hacer nada, solo posicionarse en contra mediante la palabra. Si bien es cierto que, aunque el Parlamento de Canarias o el Cabildo grancanario denunciaran, nada cambiaría. Solo se sancionaría a las empresas por incumplir la sentencia del TJUE”, concluye.
Efectivamente, las empresas e instituciones vinculadas a la importación y al uso de la arena del Sáhara son reacias a hablar de su negocio. Algunas compañías contactadas se han limitado a afirmar de forma genérica que “la arena llega del norte de África”, sin especificar el punto de origen.
También han derivado a otras empresas o a otras oficinas, sin facilitar información. Otras directamente se han negado a hablar. Ante este silencio, las respuestas de las compañías que operan al otro lado del mar tampoco han sido satisfactorias. Se ha intentado contactar sin éxito con Lâayoune Export, que exporta la arena desde el Sáhara.
Otras dos compañías del sector de la construcción ubicadas en la capital saharaui, Enterprise Manolo y Sakia El Hamra, afirman no dedicarse a la exportación de arena.
14 euros en Las Palmas y 3 en El Aaiún
Lâayoune Export es una de las empresas citadas en el artículo publicado el 29 de junio de 2007 en el periódico marroquí Ajourd’hui. En él se afirma que circulan informaciones “contradictorias” sobre el precio de venta de la arena.
Mientras que en Las Palmas se cifra en 14 euros el precio de compra de una tonelada, en El Aaiún se ofrecen cifras “claramente inferiores”. La “tonelada se vende a tres euros” y por cada tonelada van 2.5 dirhams (moneda oficial del Reino de Marruecos) a la caja del consejo de la región, 11 a la oficina de desarrollo y explotación de puertos (odep) y otros 3 a la Commune Rural de Foum El Oued.
Al cambio actual, estas tasas supone un total de 1,5 euros. La información de las cifras en Las Palmas fue ofrecida a los periodistas en esa entrevista en 2007 por Javier Bolanos, responsable del departamento comercial de la empresa Granintra, que en la actualidad ha sido absorbida por Cemex.
En Tenerife, según datos facilitados por Pedro Machado, responsable del departamento de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, “ se importaron 43 mil toneladas por un valor que oscila los 590.000 euros en 2016″.
Mientras, en 2015, por 520 mil euros se trajeron 40 mil frente a las cuarenta y nueve mil toneladas comercializadas el año anterior”. Sin embargo, no se aportan datos de 2017 sobre esta actividad ya que, según la información recogida, aún no los manejan. “Hay que tener en cuenta que estas toneladas proceden de Marruecos; del Sáhara como tal no figuran ninguna importación”, explica.
Recalca que “son datos obtenidos de los movimientos declarados a través de Aduanas; oficiales”. En una segunda llamada, quiso esclarecer y recalcar que en la Cámara: “no conocemos las cantidades ilegales; eso no aparece en las estadísticas”.
Por ello, cree que la responsabilidad reside “en Aduanas, con su servicio de vigilancia en conjunto con la Guardia Civil, encargados de la lucha contra cualquier actividad de contrabando como la del hachís, aunque se trate de artículos ilegales no declarados”.
Ante la ausencia de información por parte de las empresas que concrete el origen de esa arena, más allá de la genérica procedencia marroquí, la única posibilidad de conocer el volumen de arena que se importa a Canarias desde El Aaiún es hacer un seguimiento de los barcos que salen desde la capital saharaui con destino a los puertos canarios.
La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife ofrece un registro de escalas de los barcos que llegan a la isla, pero posteriores a 2012. Con esta información y sabiendo de antemano el nombre del barco que opera esta ruta, se puede hacer una estimación de las toneladas de arena.
En el registro no se especifica el contenido concreto de la mercancía, dado que se limita a poner ‘carga general’, ni tampoco las toneladas que llevan a bordo. La ausencia de declaraciones, tanto en el lado marroquí como canario, impide conocer las toneladas exactas que recalan finalmente en los puertos canarios.
Sin embargo, con algunos datos ofrecidos por las autoridades portuarias así por páginas que computan el tráfico marítimo internacional se puede hacer una estimación de las visitas y toneladas traídas a las islas.
El Dura Bulk atracó en Tenerife desde El Aaiún en 59 ocasiones entre 2012 y 2017, según los datos de la Autoridad Portuaria. Con una capacidad de carga de 3.007 toneladas, todas las visitas a Tenerife supondrían un total de 177.413 toneladas. Esto es en Tenerife porque los datos de la Autoridad Portuaria de Gran Canaria no son accesibles. Solo durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, el barco atracó en un mínimo de ocho ocasiones en Gran Canaria.
Si mantiene esta regularidad, supondría una media de 32 llegadas anuales directamente desde el puerto saharaui. Por lo tanto, podría rozar las 200 visitas en el mismo período de tiempo registrado en Tenerife. Con esa misma capacidad de carga, las importaciones alcanzarían 601.400 toneladas desde 2012 hasta 2017.
Mirando al puerto de El Aaiún, con los datos registrados por la Agencia Nacional de Puertos de Marruecos, el puerto de Gran Canaria es el principal destinatario. Los informes anuales publicados por la ANP (en sus siglas en francés) cifran en un mínimo de 225.000 toneladas al año la exportación de arena, alcanzando picos de 369.305, como el registrado en el año 2010.
La exportación de arena es reconocida por la ANP marroquí junto a la grava y a las rocas como una de las principales actividades comerciales con Canarias, tal y como publica el periódico marroquí Le Matin en 2005, en el que la Oficina de Explotación de Puertos de Marruecos cifraba en 989.000 toneladas la arena exportada a Las Palmas ese año.
Dos años más tarde, todavía con la construcción como una actividad en auge en Canarias, en un artículo en el periódico Ajourd’hui se contabilizaban 500.000 toneladas de media exportadas anualmente a Gran Canaria. Cifra muy superior a las estimadas con los datos publicados. Ni las empresas ni las instituciones que utilizan la arena importada han facilitado información alguna que pueda ayudar a conocer la cifra exacta, tanto en lo relativo a las toneladas como al volumen de negocio que se genera en esta relación comercial.
La arena y la construcción
La construcción es uno de los motores principales de la economía en Canarias. El geólogo y miembro de la Junta del Gobierno de la Sociedad Española de Mecánica de Rocas, Luis Enrique Hernández, afirma que los áridos se coronan como el material más utilizado en el Archipiélago en este sector.
Tal y como explica la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (ANEFA), se trata de una materia prima mineral que nace de las canteras y que, junto al cemento y el agua, forma los hormigones y el mortero empleados en la edificación.
La arena o árido fino, como la del Sáhara, se engloba dentro de esta clasificación. José Antonio Pérez, maestro de albañilería, asegura que la arena no se utiliza de forma directa en la construcción, sino que es mezclada con otros materiales como el mortero, una combinación de arena y cemento que se vende por sacos en el mercado con un valor medio de 4 o 5 euros, dependiendo de su calidad.
Además, Pérez explica que otros recursos como la panda contienen este tipo de arena saharaui, mezclado a su vez con cola y otros productos adhesivos para la utilización en bloques de hormigón. En Tenerife, los áridos para la fabricación dehormigón y asfalto se han obtenido tradicionalmente de diferentes canteras halladas en el valle de Güímar.
Según Hernández, esta zona suministraba el 70% de los áridos empleados en la construcción. Sin embargo, el geólogo apunta que sus usos no garantizaban la calidad ni los controles adecuados, ya que “al ser materiales triturados anteriormente por la naturaleza no se limpiaban de manera adecuada y pueden contener partículas de roca o suelo”.
Ante esto, Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco, la patronal de la industria de la construcción en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, plantea que “hay áridos, pero por problemas burocráticos no se pueden extraer de forma legal”.
Hernández sitúa estos obstáculos como la principal causa de la importación de arena. “Su obtención desde lugares con excedente en arena beneficia al Archipiélago en aras de una construcción sostenible”. Sin embargo, el presidente de Fepeco, ante la pregunta sobre la importación de arena procedente de otros países, argumenta que se trata de procedimientos difíciles por la situación geográfica de Canarias.
“Produce más perjuicios que beneficios, no es una opción”, asevera. Además, insiste en la importancia de que los áridos adquiridos vengan con el marcado de Conformidad Europea (CE). Este sello aparece en los paquetes de arena de la empresa tinerfeña Áridos del Valle, acompañado por la etiqueta que clasifica al producto como Arena del Sáhara (Milán).
Desde esta compañía confirman que, efectivamente, se trata de un material procedente de este territorio y que “se compra directamente en el puerto de Santa Cruz”. Aunque remarcan que no importan el producto, sino que se limitan a comprarlo y luego ensacarlo para posteriormente comercializarlo, con gran utilidad para acabados más pulidos o también para terrarios y acuarios.
En su propia página web, se oferta ese producto, pero esta vez con el sello CE. El mismo sello que exige Fepeco y que aquí se obtiene solo con el simple proceso de empaquetado. Desde la empresa del Valle no se confirma el nombre de la compañía que les suministra la arena.
La empresa consignataria que gestiona la llegada del Dura Bulk a Tenerife y actúa como intermediaria entre el buque y la entidad destinataria de su mercancía es A. Pérez y CIA.
Esta remite a Yesos Canarias S.A., una entidad que se define como fabricante de yesos y materiales afines con filiales en las dos islas capitalinas y cuyos productos cuentan con el marcado CE. Su ubicación en la isla tinerfeña se sitúa en la Dársena Pesquera, incluida en la zona ZEC.
A pesar de que desde la sede de Tenerife no han querido hacer declaraciones, desde Las Palmas se ha afirmado que “la arena procede del norte de África”.Esta actividad ha generado históricas críticas por parte del Frente Polisario, tanto a nivel regional, nacional e internacional.
Su delegado en el Archipiélago, Hamdi Mansour, opina que “los empresarios canarios están comprando arena manchada de sangre del pueblo saharaui”. Además, acusa a los empresarios y al gobierno marroquí de robar arena al Sáhara y de “expoliar sus riquezas”.
El cónsul de Marruecos no ha podido responder a las cuestiones entre las que se ha preguntado por estas acusaciones, así como tampoco ha declarado sobre el comercio entre dicho Estado y el Archipiélago ya que ha sido operado y aún sigue convaleciente.
Tampoco ha contestado al cuestionario que se le remitió por correo electrónico. En Canarias se han identificado dos principales importadoras: Granintra S.A., empresa que fue absorbida recientemente por el grupo Cemex, y la transportadora Yesos Canarias S.A.
Sin embargo, a pesar de todas las incógnitas que existen alrededor de la utilización de este tipo de áridos en la construcción, las empresas nombradas no han querido hacer declaraciones de ningún tipo. Incluso la entrevista con Yesos Canarias, ya cerrada con antelación, fue cancelada minutos antes de la cita por parte de la empresa, justificando su decisión en que “no tenían nada que aportar”.
Por otro lado, Cemex también se ha negado a hacer declaraciones alegando que en esta empresa no se utiliza arena. Sin embargo, en su página web se puede observar que venden un material que denominan “Árido fino CEMEX” y que describe como “arena para la realización de hormigones y
rellenos”.
Tampoco hubo suerte con la empresa Cementos Especiales de las Islas (CEISA), la cual se dedica a la venta de diversos materiales dirigidos a la construcción. Además, tiene una fábrica hormigonera en el muelle de El Pajar, en Arguineguín. Sus declaraciones se limitaron a señalar que no importan arena y que la consiguen a traves de la empresa Gramelcan S.L.
Pero se sabe, según los datos registrados por Marine Traffic, que el Dura Bulk recaló directamente en el puerto de su cementera el 12 de noviembre de 2017. Las consultas a Gramelcan, la empresa que les suministra la arena, tampoco dieron resultado ya que, a pesar de que se comprometieron a facilitar información sobre su actividad, nunca llegaron a hacerlo.
Anselmo Fariña, portavoz de Sáhara Acciones, comenta que “las empresas se justifican con que «todo el mundo lo hace”. Además, “dicen que ellos solo lo compran, que, en todo caso, el culpable será el que lo vende. Ellos están pagando por esa arena”.
Pilar Álvarez, de Equo, asevera que “no se trata de un conflicto olvidado, pero sí relegado a un segundo plano. El derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui hay que ponerlo en la agenda”.