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Las otras cifras de la economía canaria

Por: Gabriel Redinciuc , Iván Barrera, y Alberto Domínguez

     

El PIB en las Islas Canarias aumentó un 3,8% en el último trimestre de 2016. Todos los sectores económicos registraron crecimientos: el primario subió un 4’7% en comparación al año anterior; el sector servicios creció en un 3’9%; y la industria y la construcción prosperaron en un 2’7%. Para poder hacerse una idea, el incremento que experimentó el PIB en las Islas fue del 0’8%, una décima por arriba de la media nacional y tres más que la Unión Europea. Además, el paro registrado se reducía en un 1% en el pasado mes de febrero, lo que suponía una caída interanual del 5’8%. Esto viene a ser 15.055 parados menos que en 2015. Estas son las cifras oficiales de la economía canaria.

Las buenas cifras que presentan las estadísticas oficiales distan mucho de la auténtica realidad, en la que una de cada tres personas en Canarias vive en una situación precaria.

Las otras cifras cuentan que el archipiélago cerró 2015 con una tasa de pobreza del 28,5%, según el Instituto Nacional de Estadística.

Una cifra que sitúa a las Islas como la cuarta comunidad autónoma con mayores problemas de pobreza, tras Andalucía, Murcia y Extremadura.

Las razones de esta situación son de diversa índole. Por ejemplo, algunos datos llamativos son que la renta media anual de un residente canario es de 8.640 euros, la quinta más baja del país con una diferencia de 800 euros con la media nacional. Asimismo, el 25,7% de los habitantes canarios están desempleados.

 El 32,5% de los trabajadores canarios posee un contrato temporal. Una cantidad que dista del 25,7% a nivel nacional.

Edwynh González es uno de los canarios sin empleo. Es padre de familia, tiene que mantener a su hija y no cuenta con ninguna ayuda estatal o autonómica. En su casa sólo entra el sueldo de su esposa para afrontar los gastos de la vivienda y la actual situación económica del archipiélago no supone un alivio.

«Si mi mujer por cualquier cosa pierde su empleo, solo tendríamos su paro para poder vivir y es algo que me tiene rondando la cabeza», afirma. Edwynh comenta que ha hecho todo lo que está en su mano para buscar empleo, pero lo rechazan por «no dar el perfil». No ve ninguna solución factible aunque afirma que no va a parar hasta encontrar un salario.

1 de cada 5 empleados de Canarias es un trabajador pobre.

La precariedad laboral se sitúa hoy en el epicentro de la recuperación económica tras los años de mayor impacto de la crisis. La estabilidad de los trabajadores continúa siendo una asignatura pendiente para el Gobierna estatal. Los datos de Eurostat muestran que España tiene la segunda tasa más alta de contratos temporales de la Unión Europea.

Un 26% de los trabajadores carecían de contrato fijo a final de 2016, lo que supone casi el doble de la media del viejo continente, establecida en un 14,2%. Si a nivel nacional los datos son preocupantes, en el plano regional la situación se vuelve aún peor.

Según informes del Instituto Canario de Estadística, los canarios cobran aproximadamente 2 euros menos por hora trabajada que en el resto del país.

Así mismo, mientras en España la media de ingresos anuales de 2014 fueron 22.858 euros, en el archipiélago la cifra se quedó en los 19.436 euros. Uno de los sectores más afectados es el sector servicios, con un ingreso medio en 2015 de 13.851 euros, casi 10.000 menos que en la industria y agricultura, según se desprende de los datos del INE.

Gustavo Santana, secretario General de UGT en Canarias, cree que el problema está extendido en todos los sectores no solo en el terciario, pero «al tener un peso porcentualmente mayor el sector servicios, especialmente el turístico, sobre nuestro modelo productivo, provoca que se refleje más».

«Hay otro dato que no hay que perder de vista. Ya empiezan a reflejar las encuestas que 1 de cada 5 trabajadores en nuestra comunidad autónoma es un trabajador pobre». Santana evidencia que la situación está «cronificando» y se está «generando un nuevo fenómeno que es el del trabajador pobre». Este nuevo perfil está derivando en problemas de desigualdad, inclusión en el mercado negro o, en los peores casos, necesidad de asistencia por parte de los Servicios Sociales.

Laura (nombre ficticio) relata desde la propia experiencia cómo sufrió la precariedad y explotación laboral: «Mi puesto de trabajo consistía en un carrito de apenas 2 metros de largo donde vendía profiteroles, fresas, cofres y todo tipo de dulces. Tenía que estar las 8 horas laborales de pie, comer en mi puesto de trabajo porque no tenía ni media hora de descanso y para ir al servicio tenía que pedirle a una compañera que me vigilara el puesto».

Esta situación no solo la sufre Laura, sino todos los trabajadores de esta empresa, según su relato. Lo más preocupante es que, tal y como Laura revela, el problema «solo se comentaba entre los compañeros, pero nunca se llegó a comunicar a ningún sindicato, quizá por el miedo a ser despedidos».

El mercado negro

Ante la desesperada situación laboral, lo trabajadores buscan vías de escape con el fin de llevar una vida digna. Algunos recurren a mantener un doble empleo, soportando jornadas de trabajo intolerables, mientras otros se insertan en el mercado negro para ganar un extra, poniendo en peligro su integridad física al no disponer de Seguridad Social.

España es el país con más negocios en negro por número de habitantes del mundo. A lo largo del 2016 el trafico de drogas, las falsificaciones, la piratería, las apuestas deportivas y la prostitución movieron en España más de 253.000 millones de euros, según el informe de Asociación de Técnicos de Ministerio de Hacienda. La cantidad ha subido exponencialmente desde 2010, cuando era de 123.000 millones, equivalente a un 10% del Producto Interior Bruto (PIB). Actualmente, el empleo no declarado supone un 18,6% del PIB lo que duplica las tasas de países como Francia o Reino Unido.

Canarias no es la excepción. En 2016 la economía sumergida superó el 27% del PIB canario. Al mismo tiempo, en España el porcentaje se quedó en un 23%, por lo que las Islas superaron en cuatro puntos al conjunto del país y en nueve a Madrid (16,1%), la que menos economía sumergida soporta.

Antonio Salazar, director de la revista La Gaveta Económica afirma que el problema que tiene el archipiélago es bastante serio: «En regiones donde la producción es mayor y las actividades realizadas pertenecen a sectores prósperos el nivel de fraude es mas bajo. Mientras tanto en las Islas, además de tener una producción más baja, la mayoría trabaja en los sectores con los salarios más bajos. Esto hace que, cuando se produzcan ajustes en las empresas, sean esos empleados los más perjudicados. En esos casos, cuando un individuo que cobraba 600 euros es despedido, no se queda en la casa esperando, sino que se busca la vida y en muchas ocasiones recurre al mercado negro».

Para Julio Gutiérrez, redactor de las secciones de Economía y Política del diario La Provincia, las altas tasas de economía sumergida derivan de las malas cifras en formación de Canarias. «En el archipiélago se demandan grandes cantidades de mano de obra intensiva para puestos que exigen una cualificaron escasa. Cuando las oportunidades de trabajar menguan, como ocurrió desde que estalló la crisis, son muchos los que van al paro, y en este caso, con cifras mucho mayores en las regiones con economías mas expuestas al ladrillo.»

A su vez, Gutiérrez señala que en las autonomías industrializadas, como en el País Vasco, la destrucción de empleo fue mucho menor. «Un obrero especializado, formado y que brinda altas dosis de valor añadido en el desempeño de sus funciones puede explorar muchas opciones antes de colocarse en una situación ilegal por sí mismo».

En España existen 1,8 millones de empleos no declarados, según la empresa Randstad. Juan Jesús es una persona que necesitaba algo de dinero para pasar unas vacaciones. Le ofrecieron un empleo de camarero con un sueldo decente y lo aceptó sin dudarlo. No pensó en las consecuencias de trabajar de forma ilegal, y afirma que volvería a aceptar un empleo en esas condiciones siempre que necesitase dinero urgente y no fuera por mucho tiempo. Aclara, sin embargo, que «preferiría tener un trabajo con su entrevista previa y toda la responsabilidad que eso conlleva».

4.000 personas acumulan el 80% de la riqueza de Canarias

En las últimas décadas, Canarias ha sido una de las comunidades autónomas con mayor crecimiento del PIB, en torno al 20%. Según el informe Las condiciones de vida de la población pobre del archipiélago canario, durante la misma etapa, los niveles de pobreza ascendieron de un 24,1 a un 24,6%, tal y como contabilizó la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF). Es decir, incluso en periodo de bonanza económica, la precariedad incrementó un 0,5%.

Hoy, diez años después del estallido de la recesión y en etapa de recuperación económica, la desigualdad y la pobreza son problemas sociales que necesitan intervención urgente. Los indicadores revelados por La Provincia en 2013 muestran que la brecha entre ricos y pobres aumentó entre 2007 y 2012. También recalcan que el 0,2% de la población canaria (equivalente a 4.000 personas) acumulan el 80% de la riqueza total de las Islas. Esto colocó al archipiélago, junto a Madrid y Andalucía, como la región con el porcentaje de desigualdad mas elevado.

Falta de oportunidades

Los problemas sociales no se pueden tratar solo como cifras, tal y como plantea Antonio Salazar: «A mi no me preocupa que se ensanche la diferencia, si los de abajo mejoran sus condiciones de vida». No atribuye la culpa a la desigualdad, sino a la falta de oportunidades de los pobres. «El problema de la sociedad no es que  haya muchos ricos, es que haya pobres y eso no se arregla quitándole a los ricos, sino provocando que los pobres tengan mejores oportunidades. Lo mejor que se puede hacer para combatir la desigualdad es abrir el abanico para que todo el mundo tenga mejores opciones».

El expresidente del Consejo Económico y Social de Canarias, José Luis Rivero Ceballos, sitúa la divergencia «en los problemas derivados del tipo de empleo que se genera por la especialidad económica del archipiélago que, al ser trabajos de baja cualificación, los salarios no son muy altos. Por tanto hay una desigualdad entre lo que se genera como producto de la actividad y lo que se reparte en función de los sueldos».

En contraposición a esta situación cabe destacar las ventajas que tiene Canarias relacionadas con el coste de la vida. Estudios publicados por La Provincia en 2015 certifican que los bienes y servicios de las Islas tienen un valor entre un 12% y en 20% menor que el de la media nacional.

Al no estar sujeta al sistema de financiación del régimen común, Canarias atesora este tipo de beneficios que la colocan como la segunda comunidad autónoma con el coste de vida más bajo en España (83.3), tras Extremadura (80,3). Para entender estos parámetros es preciso saber que la media del país está en 100. Madrid, región con el mayor índice se sitúa en 114,5 puntos.

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