Los animales sufren las consecuencias de la avaricia humana. Una condición totalmente injustificada, que aún hoy sigue pasando. Afortunadamente existen instituciones que se preocupan y luchan por su recuperación.
El buen periodismo debe dar voz al que no la tiene. Debe pisar la calle, adentrarse en los barrios para dar a conocer su situación. Solo así habrá periodismo, libertad.
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