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El perfil económico de las barriadas

Por: Cristo Donate, Rubén González, Sergio Estéfano, Sol Chamorro, Laura Arrocha y Wendy Amairani

*Reportaje escrito en 2019*

El alto nivel de paro y los salarios bajos son los componentes que amenazan con más virulencia a los barrios vulnerables de Canarias. Ambos factores hacen de las Islas la comunidad autónoma con más población en riesgo de pobreza y marginación, que se encuentra en un 44,6% según el VII Informe Anual sobre el Riesgo de Pobreza y Exclusión Social 2017.

Asimismo, la situación empeora si se realiza una aproximación a las insuficiencias de los barrios que a día de hoy se encuentran en el olvido de las instituciones públicas.

El estudio realizado por la consultora AIS Group en 2009 arroja luz sobre este asunto. El documento señala que en las dos islas capitalinas, Tenerife y Gran Canaria, existen varias localidades con déficits notorios: Arona, San Cristóbal de La Laguna, San Bartolomé de Tirajana y Santa Lucía son los municipios con aproximadamente un 40% de pobreza anclada.

Oportunidad y trabajo

Tras las cifras está el capital humano, factor esencial para el desarrollo socioeconómico de los barrios. Pese a ello, la población del Archipiélago procedente de zonas vulnerables se enfrenta a dos problemas graves y concretos: por un lado, la alta tasa de analfabetismo y, por otro, la cantidad de personas ocupadas no cualificadas.

De acuerdo con los datos recogidos en 2011 por el Catálogo de Barrios Vulnerables del Ministerio de Fomento, distritos como Cruz de Piedra o la Urbanización de Sansofé en Gran Canaria presentan un 16,2% de habitantes sin ningún tipo de estudios y un 26,41% de estos son ocupados no cualificados. 

En Tenerife, el barrio de Salud Alto se caracteriza por tener un 11,14% de población analfabeta; mientras que un 10% de la ciudadanía del área tiene una ocupación no cualificada, un porcentaje mucho más bajo a pesar de ser la zona más crítica de la isla.

Infografía de Por Sergio Estéfano / Datos del INE
Infografía de Sergio Estéfano 


Estas cifras sustentan la precariedad de vivir en esas zonas marginadas; y se materializa a través de sueldos deficientes, el desempleo incesante y el escaso desarrollo comercial, además de la fragilidad ante cualquier crisis económica que pueda suceder.

Todo ello contribuye a dificultar más la estabilidad económica en las barriadas canarias. Flora Marrero, concejala de Vivienda, Bienestar Social y Calidad de Vida del Ayuntamiento de La Laguna, indica que le resulta llamativo toparse con “jóvenes de 20 años que no saben leer o escribir y vienen al ayuntamiento solicitando trabajo, sin ninguna motivación de estudiar cuando están en el momento de hacerlo”. Muchos de estos deciden subarrendar las viviendas sociales que tienen en propiedad y pernoctar en casas de amigos o familiares.

Esta práctica, añade Marrero, no solo fomenta que no se trabaje o no se estudie, sino que, además, reduce el número de nuevas familias que pueden acceder a una vivienda de protección oficial.

Viviendas casi inhabitables

El estado de los hogares y los problemas para acceder a un inmueble digno se convierten en factores de vulnerabilidad que azotan con dureza a los barrios. En el municipio de La Laguna, la alta demanda y la escasez de edificaciones disponibles provocó la aparición de distritos como Los Olivos, una zona “aislada y abandonada”, describen vecinos jóvenes del lugar.

Marrero reconoce que esto es un “fallo de la administración” y señala que “se construyeron las viviendas, pero no se implantaron recursos, hay dificultades con el transporte público y quiénes viven allí no están arraigados. La zona carece de identidad”.

Fachada de un edificio del barrio Juan XXIII / Fotografía de equipo de urbanismo
Fachada de un edificio del barrio Juan XXIII / Fotografía de equipo
de urbanismo

Por otro lado, el alzamiento del alquiler y la subida de los precios han imposibilitado a los vecinos conservar sus casas. La tasa de desahucios en áreas como Geneto o El Fraile alcanza el 35,5% y 34,2% del total de habitantes que acuden a solicitar ayuda a la Asociación Provivienda.

Con respecto al estado de las residencias, Salud Alto es un ejemplo de un barrio que sufre problemas debido a los desperfectos y el carácter ruinoso de las mismas: infraestructuras defectuosas, mala higiene, grietas, humedades, ratas bajo las bañeras o techos a punto de desplomarse caracterizan no solo los pisos, sino también zonas comunes como parques y jardines de la zona.

En este punto, Fernando Rodríguez, director autonómico de Provivienda.org, comenta que “la crisis económica y la ausencia desde hace 6 años de nuevos planes de construcción de residenciales de protección oficial han propiciado un deterioro del parque de viviendas sociales”.

Asimismo, la falta de comunidades en los edificios y de asociaciones vecinales a las que acudir acentúa la incapacidad de solicitar ayudas o ejercer presión como núcleo urbano, lo que hace inapreciables las quejas y demandas interpuestas de forma individual.

Mediación de las administraciones

Ante esta situación, el Gobierno de Canarias, varios ayuntamientos y la empresa pública Visocan han colaborado para poner en marcha un plan que busca ofrecer inmuebles a la ciudadanía sin recursos a cambio de servicios comunitarios.

Las acciones de trabajo realizadas dentro del plan sustituyen el pago del alquiler de las 119 viviendas en la que está implantado. A su vez, se están realizando charlas, talleres y cursos sobre economía familiar, medio ambiente o gestión y cuidados del hogar.

El objetivo es crear lazos con el entorno y entre la población tomando medidas necesarias y factibles que pueden ayudar a superar la dura crisis que están sufriendo los parques de viviendas canarios.

Informe anual de Economía Canaria / Por Cristo Donate
Informe anual de Economía Canaria / Por Cristo Donate

Sin embargo, hoy destaca el proyecto “Barrios por el Empleo: Juntos más fuertes”, una estrategia del Cabildo de Tenerife centrada en dar empleabilidad a personas con dificultades para introducirse en el mercado. Esta iniciativa ha impulsado que durante 2017 consigan empleo 738 personas de toda la Isla y se hayan formado 1.401 frente a las 393 inserciones laborales que tuvieron lugar en 2015, año de la primera edición de esta iniciativa.

Quienes se benefician son sujetos con edades comprendidas entre 30-45 años, sin
estudios y que se encuentran desempleados desde hace un año, un perfil con escasas
oportunidades de inserción laboral y que acaba con contratos precarios.

Tesis doctoral ULPGC: "Polígono de Jinámar. La isla interior. La producción de espacios sociourbanos y habitus educativos de exclusión (1967-1987)". Realizada por Federico E. González Ramírez en 2015.
Tesis doctoral ULPGC: «Polígono de Jinámar. La isla interior. La
producción de espacios sociourbanos y habitus educativos de exclusión (1967-1987)». Realizada por Federico E. González Ramírez en 2015.

Ruth López, coordinadora de la sección de La Cuesta, comenta que el equipo se encarga de “crear una formación a medida de las necesidades del empresariado (…). Trabajamos con personas con un nivel formativo muy bajo y, en ocasiones, ni siquiera pueden acceder a los certificados de profesionalidad, entonces es como un paso intermedio”.

“Barrios por el Empleo”, explica López, pretende acentuar la “sensibilización y colaboración con empresas”. Además, recalca que participan “desde pequeñas empresas, como pueden ser pizzerías, hasta grandes empresas como son los supermercados”.

No obstante, el estudio realizado por el Grupo Innovaris revela que de la cantidad de dinero invertida en este proyecto, las familias se benefician tan solo del 0,02% de las ganancias obtenidas; lo cual pone de manifiesto la ineficacia de los esfuerzos que se están llevan do a cabo para lograr una verdadera anexión y mejora de los sectores más perjudicados.

Estudiar en Jinámar

Los centros educativos de barrios como Jinámar, en Gran Canaria, son los que más absentismo estudiantil sufren. Con respecto al resto de centros del municipio de Telde, El Valle cuadriplica el porcentaje medio de ausencia en primaria, que se encuentra en un 1,28%, tal y como indican los datos de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias.

Esta circunstancia acaba dando lugar al paulatino pero incesante cierre de escuelas e institutos.
La ecuación se complica si a al cierre de los centros se le suma la dificultad para acceder a ayudas como becas para continuar los estudios o suplir necesidades especiales que no podrían permitirse las familias de los jóvenes que viven en barrios vulnerables.

La falta de equipamiento necesario, que va desde material de papelería hasta bonos de transporte, o los problemas de las infraestructuras son algunas de las causas que hacen de los subsidios económicos la única vía para alcanzar una enseñanza digna y evitar el fracaso escolar.

Indice de paro en barrios vulnerables | Elaboración Sol Chamorro (datos: Instituto Nacional de Estadística)

Sin embargo, el sector universitario es el que más se ha visto perjudicado. Alba, estudiante de la Universidad de La Laguna y jinamera, recalca el valor de las ayudas para fraguar su estancia y estudio en Tenerife: “gracias a las ayudas estoy estudiando la carrera que quiero y en el lugar que quiero, pero me ha resultado difícil por las exigencias con respecto a las notas”.

Además, agrega que estas ayudas “tardan en ser ingresadas, tengo que estar haciendo cuentas para poder llegar a fin de mes.  No suple del todo mis necesidades como estudiante (…) si tuviera que depender de mis padres para poder estudiar sería mucho más difícil, ellos solo tienen estudios básicos y son obreros, no desempeñan trabajos que estén bien remunerados”.

 

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