Opiniones

¡Ayúdanos, patrón!

Luis M. López

Invierno 2024

Dicen que estamos en un buen momento, aunque depende de en qué contexto se diga. Estamos viviendo una revolución tecnológica. Un momento que puede suponer (y lo está siendo ya) un punto de inflexión en muchos ámbitos. Si lo extrapolamos a nuestro sector, el periodismo, sabemos que la tecnología nos ha facilitado el trabajo, ya que ahora podemos transmitir información de una manera tan fácil y veloz que no podíamos ni imaginar.

El problema viene por la otra parte, la más importante, y es que el soporte vale de poco si el contenido es pura “comida rápida”. El 24 de enero fue el día de nuestro patrón, San Francisco de Sales, y casualmente me topé con varias reflexiones de mis antiguos maestros del gremio como Samuel Toledano, David Fuentefria o Alberto Ardévol. Unos pensamientos que me hicieron recordar la gran responsabilidad que supone transmitir información y lo poco que se valora. 

Por si fuera poco los periodistas somos los guardianes de la democracia, somos el filtro entre los que tienen poder y los que desafortunadamente no lo tienen. Tenemos el gran problema de que ya no distinguimos lo que es real de lo que no. Nos hemos dejado obnubilar por esas ventajas tecnológicas anteponiéndolas en algunos casos (por no decir en muchos) a la deontología periodística, perdiendo así nuestra esencia y debilitando nuestro “poder”. 

A este problema, que ya lleva unos cuantos años centrando el debate entre académicos y profesionales se le une ahora la inteligencia artificial. El peligro sigue escalado pero seguimos sin verlo. Nosotros tenemos la responsabilidad de regularlo. No por nosotros. El periodista jamás debe ser parte de la noticia. Esa es una de las primeras enseñanzas de este oficio. El periodista debe contar lo que ocurre con veracidad, imparcialidad y transparencia. Lo tenemos que hacer por los ciudadanos a los que nos debemos, como cualquier superhéroe. Nunca lo olvidemos. 

Por eso el buen periodismo es mucho más necesario que nunca. En una época en la que las redes sociales y los restaurantes de comida rápida son lo mismo, en una época en la que la polarización a raíz de los bulos se extiende como una pandemia silenciosa, no nos queda otra que actuar ya. Pero ACTUAR DE VERDAD.

¿Aún no nos hemos dado cuenta de que la información es poder, y de que la salud de un sistema democrático depende de quién la controla? Compañeras, compañeros, tengamos cuidado con la Inteligencia Artificial, puede ser un arma de doble filo. Tenemos que hacer buen periodismo, tenemos que ser el “contrapoder”. Espero que esto sirva para recordar que no solo debemos llenarnos la boca hablando de «buen periodismo» el día de. nuestro patrón porque el periodismo se lucha y se defiende cada día. La información nunca para. Las historias nunca terminan. La tecnología nos ha robado terreno, no permitamos que siga robando nuestra esencia.

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