Educación frente a la violencia sexual
Jose Castro, Marco Díaz, Cecilia Genazzano, Aura Padilla, Jessel Silva y Claudia Vega
Los delitos de naturaleza sexual, entre menores, han ido en aumento en la última década. Los expertos alertan de una tendencia al alza y de la falta de planes de acción por parte de las instituciones públicas. La nueva ley educativa y la Ley Integral de la Libertad Sexual proponen la educación como pieza fundamental para hacer frente a esta problemática.
Varios casos de violaciones en grupo en los últimos meses, en los que han participado chicos menores de edad, han puesto el foco de la opinión pública en los comportamientos sexuales de los más jóvenes. El último caso conocido fue en Castellón, el pasado mes de mayo, donde tres adolescentes, uno de ellos con tan solo 14 años, han sido acusados de violar a una joven de 18.
Los datos oficiales recopilados por las instituciones públicas muestran una tendencia al alza en todo tipo de delitos de naturaleza sexual, siendo el aumento en los casos de agresiones cometidas por varones menores de 18 años la cifra más preocupante. Ahora, expertos y responsables públicos debaten sobre cómo se ha podido llegar a esta situación y plantean la formación afectivo- sexual, de este rango de edad, como elemento fundamental para solventarla.
Los documentos expuestos por <geoviolenciasexual.com>, a falta de muestras oficiales de la Fiscalía o el Ministerio del Interior, pueden servir de ejemplo para presentar el aumento en los casos de violaciones grupales entre menores: entre 2016 y 2020, de las 211 agresiones sexuales múltiples recopiladas, al menos 171 de los agresores [uno de cada cuatro] y 83 de las víctimas [una de cada tres] no habían cumplido la mayoría de edad en el momento del delito. Pero, aunque este tipo de agresiones tengan más presencia en los medios de comunicación, solo son una parte del total de delitos sexuales cometidos por jóvenes.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 fueron condenados 477 menores por delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, un incremento de cerca del 43,7 % desde 2017, el primer año en el que hay registros. Más del 98,7 % de los agresores eran varones. Este aumento va en correlación con los datos recogidos en el último Informe sobre violencia contra la mujer, presentado por el Ministerio del Interior: de los más de 44.333 casos de delitos sexuales estudiados entre 2015 y 2019, 17.453 tuvieron como víctimas a chicas con menos de 18 años. Esto las convierte en el grupo de edad más vulnerable.
“Proteger a los menores tiene que ser siempre una prioridad”
Hablar de violencia sexual siempre es un tema sensible. Añadir el factor de la edad, cuando infractor y víctima son menores, es un agravante que denota la urgencia por debatir, explicar y paliar este fenómeno, que se ha convertido en una de las prioridades de las instituciones públicas. En la última Memoria de la Fiscalía General del Estado, del año 2020, el organismo destaca el incremento de la violencia sexual entre los menores, donde se observan conductas de “dominio y control en sus tempranas relaciones afectivas o experiencias sexuales”
El Ministerio de Igualdad incluyó en la Ley Integral de la Libertad Sexual, aprobada el pasado 26 de mayo en el Congreso, un apartado específico que modifica la ley penal del menor. Si el Senado ratifica la norma, las penas de menores de edad condenados por delitos de naturaleza sexual deberán incluir, como medida accesoria, el sometimiento a un programa formativo sobre educación sexual e igualdad.
Ley del “Solo Sí es Sí”
Con la reforma educativa de la LOMLOE, la conocida como ley del “solo sí es sí” y la reforma de la ley del aborto, el Gobierno pretende abordar de forma directa el aumento de violencia sexual entre menores, promoviendo como herramienta principal la educación sexual. Ahora, el Ministerio de Educación la recogerá como materia transversal desde primaria a secundaria.
“Proteger a los menores tiene que ser siempre una prioridad”, es lo que comenta la ministra de Educación, Pilar Alegría. “Por eso, con la nueva ley de educación hemos insistido en ese aspecto. En todo caso, lo verdaderamente importante es crear mecanismos para garantizar los derechos de los afectados”, destaca la política.
Para el catedrático de Pedagogía de la Universidad de La Laguna y experto en educación sexual, Fernando Barragán, el aumento de los casos de violencia sexual en las últimas décadas ha ocurrido en paralelo con una disminución progresiva de los programas de prevención de la violencia de género. “Esto explica ese incremento de la violencia y que no se están tomando las medidas oportunas, igual que no hay tampoco protocolos efectivos”, intenta aclarar Barragán.
Canarias, registró 946 delitos contra la libertad e indemnidad sexuales durante el 2021
La materia de educación sexual ya viene recogida en el preámbulo de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, sostiene Alegría. Pero al destacar el exponencial aumento de casos de violencia sexual cometidos por menores en la última década en España, matiza: “es cierto que tenemos que seguir avanzando en esta materia”.
Implementación de la educación afectivo-sexual
El borrador de la nueva ley educativa nace con la intención de otorgar el reconocimiento legal para implantar de forma efectiva la educación afectivo-sexual, además de dar un especial énfasis en la igualdad de género. Como destacan desde el ministerio, su contenido se centrará en todas las etapas del aprendizaje, desde primaria a secundaria, en la prevención de la violencia de género y el respeto a las diversidad afectivo- sexual. Aunque cómo será la implementación de los mecanismos de prevención de violencia, y los programas formativos contemplados en este cuerpo legislativo, no están aún definidos.
Para Fernando Barragán, la reforma del sistema educativo es un paso en la dirección correcta; pero considera que la ley confunde algunos aspectos teóricos relevantes, por lo que se hace necesario revisar parte del itinerario y reconsiderar, con ayuda de expertos en la materia, la implementación de la educación sexual en las aulas.
“Yo matizaría que dar educación sexual no es una forma de prevención de la violencia, por tanto, tienen que ser programas separados”, explica Barragán. Acentúa el hecho de que “cuando hay violencia no consentida ya no hay sexualidad”. Por ello considera que la reforma educativa debe hacer la distinción entre programas de educación sexual e igualdad de género y programas específicos de prevención de violencia, enfocándose, especialmente en los varones al copar estos cerca del 100 % de las condenas por delitos sexuales. Además recalca que los protocolos en los centros de actuación nec esitan ser re visados en profundidad y el personal docente debería recibir formación específica.
Sobre cuál puede ser la causa de este incremento de casos de naturaleza sexual entre menores, los expertos consultados consideran que hay diversos factores que hay que tener en cuenta para entender el problema y actuar de la forma correcta desde las instituciones. “Se siguen reproduciendo los estereotipos de género: en el último estudio para el Cabildo de Tenerife, sobre indicadores en menores de 11 a 29 años, vimos que, los jóvenes «de ahora», o bien niegan la violencia machista o la confunden con otro tipo de violencia”, comenta Esther Torrado, socióloga e investigadora de la ULL, experta en género. Además, destaca que el consumo de pornografía desde edades muy tempranas, con contenidos cada vez más violentos y donde la mujer muchas veces asume un rol de objeto sexual, tiene como consecuencia que se erotice la violencia y se fomenten los estereotipos sexistas.
“El incremento de la accesibilidad a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) junto a la falta de la formación afectivo-sexual es un indicador que hace que aumente la violencia sexual en nuestro país, también entre menores. Se ha duplicado, desde el año 2006 hasta el 2020”.
“El problema no es que exista la pornografía, sino que no existe la fuente informativa fundamental que sería la educación sexual”, dice Barragán. Los datos de distintos estudios muestran que los jóvenes entran en contacto con contenidos pornográficos desde edades preadolescentes. De media, el primer contacto con este tipo de materiales es a los 8 años.
Disparidad según la comunidad autónoma
La polarización política tanto a nivel nacional como regional, con el partido de derechas Vox como máximo representante de la oposición a la asignatura de educación sexual, puede producir una gran disparidad en la implementación en las aulas según comunidad autónoma, que tienen competencias en materia de educación. Un ejemplo de ello es el caso de Murcia, donde las negociaciones entre el PP y el partido de Santiago Abascal por el gobierno de la región tras las elecciones del 2019 tuvo como consecuencia la introducción del “pin parental” en los centros educativos.
“Cuando hay violencia no consentida ya no hay sexualidad”
Además cabe plantearse si los centros privados concertados, de órdenes religiosas, serán menos proclives a ajustar sus contenidos formativos. Al preguntar a la ministra Pilar Alegría sobre cómo se incentivará o presionará que traten estas cuestiones en sus programas educativos, destaca lo que establece en diversas disposiciones adicionales de la LOMLOE sobre qué deben desarrollar las administraciones educativas para la promoción de la igualdad, sin llegar a aclarar el asunto de la educación sexual.
Canarias, con 946 delitos contra la libertad e indemnidad sexuales durante el 2021, se ha situado durante los últimos años entre las comunidades autónomas con más menores condenados por violencia sexual. La máxima representante política de la Consejería de Educación en las Islas, Manuela de Armas Rodríguez (PSOE), se mostró en un principio dispuesta a responder cuestiones sobre las tareas llevadas a cabo en las aulas canarias. Tras mandarle, a petición suya, un esbozo de las preguntas que se plantearían (educación afectivo-sexual; la falta de protocolos en los centros educativos; o quiénes se harían cargo de la formación de los docentes), no volvimos a obtener noticias suyas.
Más allá de que las movilizaciones del Gobierno para hacer frente al aumento de casos de violencia sexual en jóvenes son una realidad, aún quedan muchas dudas con respecto a cómo pretenden llevarlo a cabo y si lo que plantean en la reforma educativa surgirá efecto. A falta de concretar el plan de estudio para la educación sexual, quiénes van a ser los docentes que impartan la asignatura y demás directrices específicas para los centros educativos, el próximo curso se plantea un escenario con novedades en esta materia. En cualquier caso, el objetivo para Barragán está claro: “construir un concepto de hombre que no sea opresor, que pueda expresar ternura y que pueda entender que en las relaciones hay que negociar”.